HADAS

Venía bien. Por eso sospechaba. Nunca supe si te diste cuenta. Por eso y porque la magia que había salido de un trago con ron y manzana verde, se desvanecía. Como las hadas, cuando alguien dice que no cree en las hadas ¿te conté esa historia? Cada vez que alguien dice que no cree en las hadas, un hada se empieza a morir en algún rincón del mundo. Que poco tiempo tuvimos para contarnos las magias. Me da pena. Es raro. Es así. Es lo que tenía que ser. Siempre, con todo es así. Me explican, mis cielos. ¿Sabés que capaz que sí? Eso de ser raro, así, capaz que sea verdad. Cómo saber. Ese vaivén de pasiones, de palabras, cuerpos, sonrisas. Pensé que no iba a hacerme nada, pero acá estoy. Hoy escuché la misma canción 23 veces, posta. Pero hoy, hoy perdí. Y te pido mil disculpas. Pero hoy me siento como una nena a la que Papá Noel nunca le leyó las cartas. Me siento un hada. En el medio de un auditorio, en donde todos gritan: “YO NO CREO EN LAS HADAS”